Todo gran viaje deja un impacto para el recuerdo. El paso de Escuelas Creativas en el CIPFP Mislata ha dejado una gran huella positiva: física a través de todos los materiales generados a lo largo de los meses, anímica en el espíritu de los profesores que han formado parte del Equipo I+C y por supuesto funcional, porque ya se ha sembrado la semilla de la transformación. Vamos a revisar nuestro albúm.

Visualizando nuestro álbum de fotos echamos la vista atrás y vemos la transformación que hemos sufrido como equipo humano de trabajo: hemos dado un giro de 180º a la metodología de trabajo del propio equipo. No podíamos abordar la transformación del centro sin cambiar nosotros mismos. Cada reunión ha sido dinamizada por un miembro diferente. Se han implementado dinámicas grupales que potenciaran la creatividad y la particiapación de todos. El trabajo ha quedado registrado en formatos innovadores, digitales y al alcance de todos. Esperamos que sea un producto final que además de un gran recuerdo sea motivador e inspirador para otros profesores o centros que nos puedan leer.

Eligiendo el objeto de nuestro trabajo tambíen hemos tenido días oscuros. Al principio existía gran incertidumbre entre el equipo  y en la dirección del centro. No acabábamos de ver el rumbo que debíamos tomar. Gracias a las dinámicas utilizadas pudimos ir centrando el reto.   Cambiar la forma de ver, a mirar desde otros puntos de vista. Esa ha sido la clave.

Nuestro reto es un reto ambicioso que abarca una gran cantidad de sistenas.  Queremos abordar una gran transformación del centro que abarque espacios, metodologías, relación entre el equipo docente y sentimiento de pertenencia a un proyecto común de aprendizaje. Pero somos conscientes de que no son cambios a corto plazo. Nuestro centro ya cuenta con un buen histórico de cambios y sabemos lo que es mirar atrás y ver el cambio producido a base de pequeñas acciones. Ahora queremos hacer algo similar.

Hemos comenzado por lo inmediato y lo que  hemos considerado de mayor relevancia.  Vamos a abordar un cambio físico en el centro: la transformación de la biblioteca en un espacio flexible, creativo, amable que invite al trabajo en equipo descentralizado del aula. Pretendemos que esta innovación sea semilla de un contagio, de una invitación a aplicar nuevas metodologías en el centro que tengan al alumno en el punto central del proceso de aprendizaje. Casi a la vez se iniciará un proceso de cambio en los espacios exteriores, pero que será más largo. Han quedado aparcados aspectos sobre metodología que pensamos que en el futuro será útil recuperar  a lo largo del desarrollo del proyecto. No porque pensemos que son secundarios. Hemos debatido mucho sobre esto. En este caso aprovecharemos el impulso de las nuevas instalaciones para que generen ilusión por nuevos retos metodológicos. El reto se completará con un potenciar el trabajo en equipo entre docentes, sea cual sea su especialidad y con la generación de un sentimiento de pertenencia a un centro con un proyecto educativo singular.

Se han utilizado diversos  recursos, hemos comprobado la capacidad de innovación generada en el equipo. Con la apuesta de generar recursos digitales que fueran visuales, públicos y de fácil creación para profesores que no son especialistas hemos  descubierto multitud de aplicaciones web o programas informáticos que nos han ofrecido las ayudas que necesitábamos para el trabajo del equipo. Pero este aprendizaje no se quedará en esta foto final. La mayoría de recursos que hemos descubierto los estamos aplicando ya en el diseño de nuestras clases.

Revisando el estilo comunicativo del equipo I+C encontramos una foto totalmente optimista: gracias a el entusiasmo de todos los participantes y al uso de las nuevas tecnologías hemos mantenido una comunicación fluida y ágil. Con una fácil coordinación horizontal. El equipo ha sido capaz de organizar las tareas, asignar plazos, designar responsables y cumplir los objetivos a corto plazo que nos hemos ido marcando. La importancia de que existan unos roles dentro del mismo bien definidos y que sean rotativos ha sido fundamental. Pero también hay que destacar el compromiso y respeto por las opiniones de cada uno de los componentes del mismo durante el viaje. A su vez, hemos tenido comunicación con el resto de la comunidad educativa: con otros profesores interesados en el proyecto y con alumnos que se han ofrecido a colaborar. Pero no todo es optimista. Hemos tenido que pelear con las estructuras rígidas de lo horarios. Los miembros del equipo trabajamos en turnos diferentes, por lo que ha sido difícil encontrar momentos de trabajo común presencial. Gran parte de este problema lo hemos solucionado a través de plataformas de trabajo colaborativo on line.

En las fotos individuales de los miembros del equipo I+C se pueden observar unas caras muy sonrientes. Profesores que comparten una nueva ilusión. Profesores empoderados. Profesores que descubren nuevas maneras de crear, de dinamizar y de enseñar. Profesores que reconocen la fueza de un equipo cohesionado. Esperamos que esta orla inspire a más compañeros del centro.

Como resultado, en la foto final de nuestro reto nos vemos sonrientes, satisfechos, cansados por la energía invertida pero a la vez reactivados por las nuevas motivaciones que hemos encontrado para nuestro trabajo con los alumnos. Hemos descubierto como podemos abordar un reto que aparenta imposible pero que con visión de 360º, analizando otras perspectivas, dándo la vuelta a ciertas estructuras podemos llevar a delante y convertir el sueño en realidad.

Esto no acaba aqui,  nosotros continuamos con nuestro reto. Lo volveriamos a repetir, y lo recomendamos a todos los centros o docentes que tengan inquietud por el cambio.